viernes, 16 de septiembre de 2011

La bandera gigante

No han abierto las compuertas cuando había que abrirlas, pasamos justo por ahí y no, nada, tuvimos que quedarnos afuera mirando hacia cualquier parte, ni siquiera se si era otoño o primavera y había otros, parecía que fueran muy pocos pero a veces unos miraba de nuevo y eran casi un millón y yo no sabía si era pleno otoño o la primavera ya estaba concluyendo, creo que nunca supe si era el centro o mas bien era el centro de cualquier barrio, aunque yo creo que si era el gran centro donde pasé varías veces y cruzaría otras muchas más a través de los años.
Somos extranjeros- me dijo, o me dijiste- y funcionarios izaron una bandera gigantesca al centro de una avenida-oficina, porque era como estar adentro bien adentro esperando que pusieran cortinas por un poco de intimidad y abrieran las compuertas comunes donde no saldría gente, y ni siquiera entraríamos, para que todo este centro periferia quedara vacío así como cambiar una calcomanía, un perfume. Como dije, regresé, y he vuelto a pasar por ahí a través de varios años, y a la pregunta de si ¿han abierto las compuertas cuando pasaste? respondí a veces: ¿cuales compuertas?