domingo, 19 de febrero de 2012

Resulta que veré…

Resulta que veré a mi papa de nuevo solo una vez que me muera. No antes, imposible, me dicen. Hace veinte años murió en otro país, pero solo podré volver a verlo cuando yo también haya desaparecido. A otro perro con ese hueso. Pero es triste, no volver a vernos más. Íbamos como en un barco mirando las velas, a veces lo vi, más casi siempre el ruido ensordecedor de los egos lo volvió todo como una película muda. Por ese living ahora anda quizás quién. Debería tomar un avión y tocar esa misma puerta, una y otra vez, hasta que alguien abra, decir hola permiso, yo viví aquí hace más de veinte años, y tengo derecho a mirar.