Bostezos

Época de sollozos y bostezos

Bostezos en la ducha

Sollozos frente a la TV.

Misterio en los muros grises que cercan los sitios eriazos

Gente que enrarece el ceño y no sabe si llorar, sentirse atemorizada o hacer preguntas

ante esos gigantescos muros de doscientos, trescientos metros de alto, en la calles poco transitadas de Santiago.

Nos usan para sus experimentos y nos aburrimos de nosotros

Dormidos en la calle frente a paredes frías, despertamos con la cara muy cerca de ellas, junto al cemento, con letras no menos enormes que forman palabras no vistas desde

tan cerca, frases comunes borradas entre los papeles, los anuncios, los afiches rotos por el aire compartido.

Aullidos al sol, un largo aullido con las calles como público y los potreros como manos que pistolas obligan a aplaudir  

Un celular empieza a sonar fuerte, sin parar, horas después sigue

Piernas largas traspasadas por vestidos cortos, senos como chicles o estatua

Mañana abierta, mañana mundial

Puerta cerradísima con triple chapa, barras de acero cruzan esa madera

Personas echándose bronceador por todo el cuerpo

Piel cremosa, adquisitiva  

Si es hijo del mundo no rendirse, golpear murallones, romper las paredes gruesas y carcomidas con un martillo hasta atravesarlas llegando al paradero de micros que había al otro lado

Quedarse ahí parado, junto a otros que de pie, esperan el bus al atardecer, ya vueltos de un día laboral

Volver a casa y ya ahí adentro, pensar que la ciudad gigantesca que la circunda no

penetra esas paredes, que ese rincón tuyo posee algo inviolado, único, extraño,

y radical

Bostezas y crees que llorar sería más importante 

Tienes miedo y en verdad estás frente a una mujer, otra mujer, en un bar,

y ella bosteza y llora, y ambos se desean   

Piernas de verano, sus dueñas son rostros de palo o mezcla de ángeles y gatos, pensando en lo que no tienen y también, porqué no, en lo que tienen

Las piernas son templos, los ojos solo pueden mirar

Bloqueos comerciales, pubs con mesitas a la calle y música en vivo 

Seducciones gastadas antes de derogarse

Determinación de conocer lo fundamental y lo básico 

Viviremos

Desilusión, después abrir la puerta de la casa  

¡La nueva, la que logramos!

No tenemos mucho dinero, así que diremos,

porque las amistades están dentro de

nuestra cara,

que es alto el precio de arriendo

Los amigos son nosotros

Carolina, Paula, Javier

Están en nuestra cara

En nuestra mente

Una mente suelta en una pieza vacía, un ovni

Cientos de miles de autos

Yo conduzco uno blanco

Manejé hoy todo el día, por rotondas, esquinas,

cruces 

Deberías conducir entre millones de autos

Es tu destino

Es justo  

Saber armar un micro modelo de las personas  

Cuando llegas a tu casa, amor, debes entender

porqué existen las ventanas, hoy

Una ventana, pegada a otras ventanas,

Tras un pasaje que

mira a otras ventanas

Edificios rodeándonos como hombres nuevos

hombres-edificio, nacidos

siempre solo un segundo antes

De espaldas, con el pie apoyado en un muro, por largo rato,

de pronto nos ponemos a caminar

(Si no nos volvieran a ver, ¿dónde hay

cigarros por aquí o hijos?)       

Una mente observando la pared  blanca recién pintada

Como si aún las gotas chorrearan, pero ya no,

Ya se secó  

Una emoción íntima de lanzar tarros de pintura

a las paredes, al cielo azul, al bosque

Escondido cualquier marco

Sin poder decir lo correcto

No se si los dos nos esperamos realmente

en esta casa

pero diremos que el precio

de arriendo es alto

Viviremos para salir aunque nos quedemos dentro   

La TV, 85 canales, se había

quedado encendida,

cuando llegaste del trabajo no la quisiste apagar

para qué, si la ibas a prender de inmediato   

Hola

Ilusión, campo eterno de flores lilas

bajo un sol de papel mojado    

La voz que no eres, hablándote

El amor sobre una cama gigante

grande como un puente bajo la ciudad

Abrazados, entrelazados como animales

que se saben en su propia mira telescópica  

No estaremos perdidos de nada

Todo a la mano

Fácil

 Aquí ya es mañana

pero nosotros, no logramos estar

en el mañana,

no se puede, no sabemos porqué

Yacemos en un punto  

un solo punto

Resulta que veré…

Resulta que veré a mi papa de nuevo solo una vez que me muera. No antes, imposible, me dicen. Hace veinte años murió en otro país, pero solo podré volver a verlo cuando yo también haya desaparecido. A otro perro con ese hueso. Pero es triste, no volver a vernos más. Íbamos como en un barco mirando las velas, a veces lo vi, más casi siempre el ruido ensordecedor de los egos lo volvió todo como una película muda. Por ese living ahora anda quizás quién. Debería tomar un avión y tocar esa misma puerta, una y otra vez, hasta que alguien abra, decir hola permiso, yo viví aquí hace más de veinte años, y tengo derecho a mirar.