jueves, 26 de mayo de 2011

Fábulas en el parque

Fábulas en el parque


Fábulas en el parque
en las mentes adyacentes
no está la presencia la imagen
pero es tan real que desaparece
o asemeja una vieja de cera
que la ventana muestra al destino
más no creemos en ese destino
o en alguno
solo hay plantas, versos, imágenes
queridas y raras
y maleza, vidrios, son todos testigos
anárquicos del suceso
de separar el tiempo en los tiempos
tiempos de cera, tiempos encumbrados
en manos dulces,
sabor a galletas en el mueble frente
a los jarabes
gente girando bajo paraguas,
lluvia apenas resuenas sobre nosotros
giramos como un trompo
debajo de las sabanas escucho
a la muda preparando un té
en la cocina
si estuviera ahí de nuevo le diría a los ojos
no existes
y ella diría: si me miras, eres la ventolera
solo yo no quiero ser, sumergido
completamente bajo las sábanas,
¿que esperaba con eso? ¿quería ser una
ventana entre dos ex jardines?
estás en cama
¿estas despierta?
estás muerta, y aún así no quieres contarme
tu pasado
ventolera esos que giran bajo los paraguas
como que tartamudearan
solo tu no existes, completa sonámbula
vieja
preparando el te con leche una mañana
cualquiera de 1985
este será el ultimo invierno repetías
y los años pasaban, y pasaron
hacia la cordillera partían, corriendo entre
los dientes, las montañas sin corona,
y del otro lado, una pampa interminable
si pudiera volver allí y mirarte a los ojos
te diría no existes
Explotaron bombas y en la radio hablaban de extremistas
para nosotros era la ilusión del comienzo
de algo breve,
una diminuta aventura verbal
que los llevara a todos mas allá,
aunque mintieran
el sonido lejano de un bombazo
y algo raro existía
y era también como un sueño
impersonal del que nadie despertaba
porque ninguno se atrevía serenamente
a mirarse a la cara un buen rato
un niño de cera que la ventana muestra al futuro
y el mundo nos quería comer con su deseo
sin ojos, sin edad
los pasillos de nuevo importaban menos
que los hombres
blanco era el viento, blancas las avenidas,
el dolor como que estaba en otra tierra,
en un país de mudos
presiento que nunca sabremos donde
Que la ventana muestra al destino
Yo ya me estoy levantando con mis nueve años
entre otros dos mil millones de niños
de un mundo redondo, pequeño y
extraño,
suelto entre el universo como una flor desconocida
sobre los ojos de un muerto.