domingo, 26 de septiembre de 2010

En la hora

En la hora de la muerte uno dirá algo así
como: “va a volver”, o, “volverá”.
Cosas simples, demasiado simples para
lo que esperamos del momento crucial
Queremos que sea religión de cinco segundos
religión verdadera para todo lo que
fue la vida hasta antes de eso
Que lo explique todo, o que no explique nada
Todo o nada
Y tal vez nuestros labios solo pronuncien
pequeños, acumulados deseos:
“volverá”, “dame tu mano”, o quizás, “después,
en un rato más, mas tarde”
Cosas así, y sin poder decir adiós aunque estemos
junto a alguien antiguo, querido
bien temprano al amanecer, o ya por la tarde
En medio de la noche no, ahí yaceríamos
solos en el aire oscuro y podríamos decir adiós